UNAS PAPELERAS HARTO DEFICIENTES

Parece que no lo haya pensado nadie en ningún ayuntamiento, porque se ven en multitud de pueblos y ciudades y se puede en general observar que cuando se levanta un poco de viento acaban esparciendo las bolsas, papeles y basura que tienen dentro, en lo que constituye un verdadero desastre.

Pero sería grave que algún político o alto funcionario lo piense y/o se de por aludido y llegue a la conclusión de que hay que cambiarlas todas por otro modelo distinto --caro pero con un gran diseño--, y además de forma urgente, dotando la correspondiente partida presupuestaria con cargo a los fondos públicos porque así, además, se crea trabajo y riqueza, se mueve dinero y con él se generan ingresos y beneficios para unos y para otros, sean blancos o negros, o asiáticos (por decir algo).

Porque no hace falta cambiarlas por otras, sino solamente colocar dentro de la bolsa un objeto cualquiera que pese, aunque sea una piedra, un cascote de obra, o un trozo de ladrillo o de loseta

, que se extrae al vaciar la papelera y se repone o vuelve a colocar otra vez dentro al dejar la bolsa vacía o sustituirla. Algo tan simple y sencillo como eso.

Pero hay que entender y aceptar que los responsables de la cosa pública, desde la política o desde la función, tan importantes y ocupados ellos, tanto los unos como los otros, no pueden pararse a pensar en cosas tan simples y banales.

¡ Qué le vamos a hacer !

17MAYO2012

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