Escasas horas antes de acabar el CMN41, decidí trasladarme en bus a Fisterra o Muxia para hacer el
camino de santiago desde allí, pero como tenía que esperar varias horas, cogí el primer autobús que salía, que me llevó a Ferrol
Tenía que decidir entre hacer el camino en dos etapas de casi 55 kms/día, o tres de poco más de 30 kms/día, y me decanté por lo segundo, de manera que la primera etapa, saliendo de Ferrol por el ponte de la autovía y soportando una fría e intensa lluvia durante algo más de dos horas, me llevó hasta Betanzos (34,50 kms)
La segunda etapa, con una climatología estupenda, después de entretenerme en el camino hablando con la gente y parando a comer en Novo para hacer tiempo, la cerré en Poulo a las tres de la tarde, con 36,90 kms, para alojarme, otra vez, en la CR Antón Veiras
En la tercera etapa me sorprendí de lo pronto que llegué a Sigüeiro
y unos kilómetros después rescaté del arcén de la carretera a una jovencísima peregrina que caminaba con una rodilla lesionada, la convencí para continuar por el camino y llegamos juntos hasta Santiago,
cerrando la etapa (32,10 kms) comiendo en Casa Manolo junto a abogados jóvenes de Málaga y hablando de mi buen amigo Nielson.
Y como había que celebrar el final del camino mozárabe de
els sonats por todo lo alto, me encargué yo de elegir restaurante y de reservar la mesa para la cena, de manera que ya nos tienes a todos en O Gato Negro comiendo marisco y bebiendo hasta hartarnos.
Y por si fuera poco, después de brindar por el final del camino frente al Hostal Suso
los más marchosos del grupo remataron la fiesta en el Negreira, cantando y bailando con las rapazas, de manera que el camino mozárabe de
els sonats acabó, a altas horas de la madrugada, con la ya famosa frase de Rafa de :
"Alfredo, mira a ver qué se debe".
15SEPTIEMBRE2013
